Gorillaz vuelve a la carga con The Now Now, el sucesor de Humanz, a un año de su salida. Un disco sólido y entretenido de autoría casi exclusiva de Damon Albarn.

Tras siete años de espera, recibimos en 2017 a Humanz, el sucesor de la obra maestra que es Plastic Beach, probablemente uno de los puntos culmines de Gorillaz como músicos. Un álbum que, fiel a los anteriores, cuenta con una larga lista de canciones de las cuales muy pocas son solo del grupo (es decir, Damon Albarn), mientras que la gran mayoría

consisten de colaboraciones con músicos de todo tipo. Pero para la espera que significó Humanz , el producto no fue suficiente para los fans, quienes lo vieron como un álbum a medio camino. La primera visita del conjunto a nuestro país, sin embargo, diluyó un poco (junto a las lluvias apocalípticas que cayeron ese día sobre Tecnópolis) las asperezas en torno a la calidad del disco.

Parecería que, en ese sentido, Damon Albarn no pudo con su genio y tuvo que sacar otro disco para recompensar a sus seguidores. O bien, estamos en presencia de otro caso más de su incapacidad para mantenerse quieto, sin un proyecto entre manos. Con cambio de miembro mediante (el bajista Murdoc ahora preso y sustituido por Ace, el líder de la Banda Gangrena en Las Chicas Superpoderosas), Gorillaz lanza The Now Now, un disco que definitivamente se diferencia a los anteriores.

Esta vez, con Murdoc en cana, el bajo le pertenece a Ace

Y este cambio es bienvenido por una razón. Si hay algo que, al menos en lo personal, siempre me costó aceptar de Gorillaz, es su tendencia a crear álbumes largos con una cantidad de temas que, muchas veces, no son necesarios y se amontonan como relleno. Discos que, si bien son una unidad perfecta e indivisible (y hasta conceptuales, como Demon Days), cuentan con un par de canciones que no parecen necesarias.

En ese sentido, The Now Now es diferente. Con una duración de cuarenta minutos exactos, se trata del álbum más corto de Gorillaz hasta la fecha, y uno que cuenta con solo dos colaboraciones, mientras que los otros nueve temas son acreditados a la banda.

Si bien la identidad de Gorillaz consiste en parte de las colaboraciones con otros artistas, era necesario moverse del eje y hacer un disco más personal, sincero. Un disco probablemente más íntimo en cuanto a la creación de las canciones, pero sobretodo en cuanto a su composición. El mismo Albarn aclaró que la falta de colaboraciones se debe, principalmente, a la crítica a Humanz y su exceso de las mismas. No es raro, entonces, que el protagonista de la tapa sea 2-D, el alter ego de Damon, solo con una guitarra.

El disco arranca con Humility , el primer single junto al instrumental Lake Zurich (una canción que, si bien no es genial, cuenta con las características de cualquier tema de Gorillaz, entretenido, simple, directo y complejo a la vez). Con George Benson como invitado, el tema adelanta el clima general del disco, desde lo musical, y desde el título mismo. Un track del que exuda felicidad, simple y humilde.

Así llegamos a Hollywood, la segunda y última colaboración, esta vez con Snoop Dogg y Jamie Principle. Si bien el rap al final del tema no es perfecto o sintético, se trata de un tema entretenido que sigue la línea del disco.

Otro de los temas destacados del disco es Kansas. Pegadizo, cuenta con un aire de tristeza característica de la voz desgastada de Damon. Se destacan los arreglos de sintetizadores y teclados, que realzan completamente el tema, y el puente, que no se siente desconectado del resto de la canción.

Idaho es un track que comienza tranquilo, con coros y fraseo de guitarra acústica y se desenvuelve de a poco con arreglos de cuerdas. Nuevamente, la voz de Damon aporta al clima de dejadez triste de la canción. Por último, destaca Magic City, un tema pegadizo que se suma al clima semi melancólico y simple del álbum. Los últimos tres temas (Fire Flies, One Percent y Souk Eye) no aportan mucho al disco en general, pero funcionan, vagamente al menos, para cerrar el álbum.

The Now Now no es Demon Days ó Plastic Beach, pero no busca serlo tampoco. Se trata de un álbum balanceado, entretenido, digerible pero flojo en algún momento u otro. Es un cambio de rumbo ligero pero bienvenido para Gorillaz. Ojalá podamos escuchar alguno de estos temas en vivo en una nueva visita del conjunto primate.

Nota Final: 8/10